En una nueva edición de Mesa Central, Iván Valenzuela conversó con Lucía Dammert y Daniel Mansuy sobre el impacto del denominado “caso Democracia Viva” en el Gobierno y la reacción del oficialismo
En una nueva edición de Mesa Central, Iván Valenzuela conversó con Lucía Dammert y Daniel Mansuy sobre el impacto del denominado “caso Democracia Viva” en el Gobierno y la reacción del oficialismo
En una nueva edición de Mesa Central, Iván Valenzuela conversó con Lucía Dammert y Daniel Mansuy sobre el impacto del denominado “caso Democracia Viva” en el Gobierno y la reacción del oficialismo.
En cuanto a la respuesta del Ejecutivo frente a la controversia por los millonarios convenios entre la Seremi de Vivienda de Antofagasta y la fundación Democracia Viva, Dammert comenzó planteando que “el escándalo de Antofagasta probablemente ha sido muy mal contenido, y con eso no quiero decir ninguneado o cancelado, ha sido mal contenido políticamente. Existen libros que explican cómo enfrentar las crisis comunicacionales y me parece que aquí han habido enormes dificultades desde múltiples vocerías. Como diferentes miradas de lo que está pasando, y ahora la sensación pública es que acá hay un hecho delictual. No creo que sea un escándalo que vaya a morir prontamente”.
Por su parte, Mansuy abordó los efectos para la administración, afirmando que “esto toca la línea de flotación del Gobierno, en el sentido de que esta generación puede tener muchos problemas, pero que tiene una inspiración original de renovar y cambiar los modos de hacer político, que era su energía y fuente de fuerza. Yo mismo le he criticado muchas cosas a esta generación en muchas instancias, pero siempre reconociendo que aquí había una generación que quería hacer cosas grandes y que por eso tiene tanta fuerza, si la épica no se inventa. Pero esto la mata, después de esto no queda nada de la épica que, a mi juicio, era lo que le quedaba”.