En una nueva edición de Página 13, Iván Valenzuela conversó con los columnistas Carlos Gajardo y Karin Moore, respecto a la muerte del cabo primero de Carabineros, Daniel Palma Yáñez además de la crisis de autoridad que hay en el Gobierno.
En una nueva edición de Página 13, Iván Valenzuela conversó con los columnistas Carlos Gajardo y Karin Moore, respecto a la muerte del cabo primero de Carabineros, Daniel Palma Yáñez además de la crisis de autoridad que hay en el Gobierno.
En una nueva edición de Página 13, Iván Valenzuela conversó con los columnistas Carlos Gajardo y Karin Moore, respecto a la muerte del cabo primero de Carabineros, Daniel Palma Yáñez además de la crisis de autoridad que hay en el Gobierno.
El columnista Carlos Gajardo fue el primero en intervenir respecto al primer tema que “ya es una seguidilla de hechos, ha generado una serie de repercusiones, sobre todo de un estado emocional general de mucha preocupación, consternación, porque se ve complejo como salir de este embrollo y por supuesto, hay también una forma de reaccionar y de buscar soluciones que probablemente son de largo plazo y que es difícil que se puedan tomar con el corazón y la cabeza tan caliente como estamos en este momento. Ya la discusión que habíamos tenido con la ley Naín-Retamal había sido con un ánimo muy caldeado y justo cuando se había llegado a un acuerdo y uno pensaba que a partir de eso podía venir una nueva etapa de tener un encaramiento del fenómeno delictual que tenemos como Estado, se produce este asesinato y de alguna manera volvimos a foja cero en eso”.
Por su parte, la columnista Karin Moore señaló que “hoy es un día triste para el país, para cada persona de buen corazón, pero también es un día que marca la agenda de nuestro Estado de Derecho. Estamos en un ambiente que no solo refleja polarización, sino que estamos viviendo un muy triste epílogo para un periodo donde la política tuvo en sus manos las negociaciones sobre una agenda de seguridad y tuvo, más que nada, la oportunidad de evitar contradicciones, de aumentar las inconsistencias que ya se venían dando y dar un vuelco decidido en materia de seguridad y sin embargo, tuvo que venir un nuevo asesinato, un nuevo martir de Carabineros a poner una piedra sobre este asunto, al menos en cuanto a las señales que la ciudadanía venía demandando”.
En el segundo bloque, Iván y los columnistas se refirieron a la crisis de autoridad, que para Karin Moore, hace referencia a que “leyendo la última Cadem, dice que la delincuencia es la única prioridad para los chilenos y me quede pensando en que casi como una especie de puesta en escena, algún episodios de esas características viene de inmediato con la presentación de una querella y en el último tiempo se ha sustituido eso por presentar proyectos de ley. Evidentemente todos entendemos que eso no significa ni por un momento automáticamente tener la seguridad que se busca con ambas acciones. Sin embargo también comprendemos que es importante contar con normas claras que devuelvan la certeza a las policías y a los ciudadanos. Si bien los actos normativos no nos entregan la seguridad esperada, ni tampoco los simbólicos, como la demolición de las casas narcos, si es importante acompañar ambos actos con una voluntad decidida, con acciones concordantes con lo dispuesto en esas normas y darle consistencia a esos propósitos, sobre todo sosteniendolos en el tiempo”
Carlos Gajardo, por su parte, señaló que “yo creo que ha sido súper influyente en Chile y también en el mundo el mayor escrutinio real que ha existido con las autoridades en general. Yo diría que tuvimos un tiempo largo, sin duda después del 90 hasta mediados de los 2000 donde había poco escrutinio a la autoridad. Se permitía o se hacía vista gorda, pero por algún motivo que a mi me cuesta entender cual es, en algún momento, más cercano a la década del 2010 en adelante, el escrutinio a las autoridades empezó a ser mucho más exigente, de los medios de comunicación, de las redes sociales y también de los sistemas de investigación públicos. Uno puede pensar que el sistema en general de las empresas sufrió embates super fuertes con la actividad que comenzó a tener la Fiscalía Nacional Económica, con distintos fiscales mostrando los casos de colusión y todo eso le generó un impacto reputacional a las empresas afectadas bien potente. Creo que parte de la pérdida de autoridad tiene que ver con este descubrimiento que es más o menos reciente, de darse cuenta que las autoridades tenían las mismas miserias del ciudadano y hablo de las autoridades políticas, económicas, eclesiásticas y eso es fuerte para una sociedad porque se pierde la referencia y se genera un estado de mayor anomia”.