En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Ivonne Toro, periodista autora del libro “La niña Ámbar”, sobre el Caso Ámbar y la confesión de Hugo Bustamante, también conocido como el “asesino del tambor”.
En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Ivonne Toro, periodista autora del libro “La niña Ámbar”, sobre el Caso Ámbar y la confesión de Hugo Bustamante, también conocido como el “asesino del tambor”.
En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Ivonne Toro, periodista autora del libro “La niña Ámbar”, sobre el Caso Ámbar y la confesión de Hugo Bustamante, también conocido como el “asesino del tambor”.
Para iniciar la conversación, la periodista se refirió al libro “La niña Ámbar”, señalando que “hubo que incorporar que los cuerpos fueron encontrados en el lugar que nosotros establecimos donde deberían estar. Incorporamos eso y lo mandamos a imprenta, está pasando. Durante la investigación, que inicié el 2020, entrevisté a alrededor de cien personas (...) para contar la historia de Ámbar también tenía que contar la historia de Hugo Bustamante porque reflejan las fallas del Estado; Ámbar en protección y Hugo en justicia”.
En cuanto a cómo hizo contacto con el “asesino del tambor”, Toro indicó que “fue difícil contactar con él, en junio decide valorar mi perseverancia y decide recibirme (...) en la misma semana pude hablar con Denisse por lo que en una semana pude entrevistar a los dos asesinos. (...) Quería entender si en algún minuto Bustamante había sido invisible para el sistema y por eso estaba en libertad, y los antecedentes que había recogido es que el diagnóstico de él es de los 90, de un psicópata, y era imposible que la justicia no se hubiera dado cuenta frente a quién estaba".
En la misma línea, respecto a la segunda entrevista con Bustamante, Toro comentó que “estaba un poco agresivo, él me había pedido un manual de psicología y yo le llevo un libro que se llama “Con el asesino en frente”, un manual del FBI para psicópatas y era para decir de alguna forma que estas son las reglas del juego, acá hay una distancia. En el diálogo le pregunto “¿has matado a alguien más?” Y él me responde que en ninguna parte sale eso, después me dice “no es parte del trato decirle esa parte de la verdad”. Cuando vuelvo, me da dos nombres incompletos (...) a la siguiente le pregunto dónde están y esto queda hasta acá, humanamente era un tema muy pesado”.
Por último, la periodista señaló que “es una angustia que alguien venga a levantar un tema con lo que la familia de las víctimas vive y que es un tema que no se toca. Le prometí a Bustamante que esta verdad no iba a salir a la luz, queda grabado, pero yo no digo nada. Él quería negociar, quería que lo ayudaran a no cambiarse de la prisión de Rancagua, a recalificar uno de los delitos contra Ámbar, y en ese minuto entendí nuevamente contra quien estaba, él estaba buscando un ganancial. En enero encuentro la declaración de presunta desgracia de las dos personas asesinadas hace 28 años, la imprimo y encuentro la dirección Covadonga 641. Bustamante lo lee y me dice que “ellos nunca salieron de Covadonga 641” (...) yo tenía una convicción periodística, pero no una judicial, así que contactamos a un abogado para poder reabrir la causa penal”.