En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Andrea Solís, jefa de la división de gestión de Redes Asistenciales, sobre el informe de Contraloría que da cuenta de irregularidades en torno a la destrucción de drogas incautadas.
En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Andrea Solís, jefa de la división de gestión de Redes Asistenciales, sobre el informe de Contraloría que da cuenta de irregularidades en torno a la destrucción de drogas incautadas.
En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Andrea Solís, jefa de la división de gestión de Redes Asistenciales, sobre el informe de Contraloría que da cuenta de irregularidades en torno a la destrucción de drogas incautadas.
Dentro de las irregularidades detectadas por Contraloría se encuentra la recepción de drogas después de hasta 288 días de su incautación. A lo que se suma la detección de una falta importante de ciertas herramientas para llevar a cabo el proceso de destrucción, como lo son los hornos capacitados para la destrucción de las drogas.
Respecto al proceso de destrucción de estas sustancias, Solís explicó que “en general, las áreas donde se recibe esta droga están en áreas administrativas, hay solamente un establecimiento que las recibe transitoriamente cercano a un área clínica, pero después se van a otro lugar. No están en los hospitales ni en los centros de salud".
En cuanto al rol del Ministerio de Salud en cuanto a esto, la jefa de la división de gestión de Redes Asistenciales explicó que “lo que nos corresponde a nosotros como salud es recibir las drogas, recepcionarlas, pesarlas, hacer el análisis de una muestra, posteriormente hay un plazo de 15 días para la destrucción y tenemos que resguardar las contramuestras por un periodo de dos años”.
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