En una nueva edicion de Columnistas de Mesa Central, Iván Valenzuela junto a Kike Mujica conversaron con Alfredo Joignant y Hernán Larraín sobre el caso Rubiales, el paro de profesores y la figura de Guillermo Teillier en la guerrilla del Partido Comunista en tiempos de dictadura.
En una nueva edicion de Columnistas de Mesa Central, Iván Valenzuela junto a Kike Mujica conversaron con Alfredo Joignant y Hernán Larraín sobre el caso Rubiales, el paro de profesores y la figura de Guillermo Teillier en la guerrilla del Partido Comunista en tiempos de dictadura.
En una nueva edición de Columnistas de Mesa Central, Iván Valenzuela junto a Kike Mujica conversaron con Alfredo Joignant y Hernán Larraín sobre el caso Rubiales, el paro de profesores y la figura de Guillermo Teillier en la guerrilla del Partido Comunista en tiempos de dictadura.
Para iniciar la conversación, Alfredo Joignant se refirió a la polémica relacionada con el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, comentando que “es lo más freak que he visto en el último tiempo. El gallo no renuncia. Yo realmente nunca había visto un caso tan grotesco. Se metió el rey, el jefe de gobierno español, todas las federaciones autonomas de fútbol y el gallo insiste”.
Por otro lado, Hernán Larraín comentó el paro indefinido que mantiene el Colegio de Profesores, sobre lo que cuestionó “cuáles son las urgencias que tiene con respecto a sus responsabilidades con los niños. Yo encuentro que es un escándalo, encuentro que aquí se está poniendo además un montón de condiciones. Yo espero que haya una reacción social y política”.
Con respecto al fallecimiento del presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, y su rol en la guerrilla contra la dictadura, Hernán Larraín señaló que “una cosa es la legitimidad que tuvo el PC y otra cosa también era si la estrategia de matar a Pinochet no era peor que la estrategia del voto, desde el punto de vista político podría haber sido peor”.
En esa línea, Joignant señaló que “en lo personal, en términos estrictamente éticos y morales, yo no tengo problemas con la lucha armada contra Pinochet. Eso no significa que políticamente haya sido una política acertada, de hecho hubo un amplio debate al interior de todas las izquierdas porque trajo consecuencias”