Jueves 10 de julio: Lo que era un comentario al pasar, anoche se volvió realidad. Un impuesto extra del 50% para el cobre importado impondrá EE.UU. a partir del 1 de agosto. El presidente Trump lo anunció por su red social, lo justificó en razones de seguridad estratégica citando los usos múltiples del metal, pronosticó una industria cuprífera poderosa y dominante a nivel mundial y la nueva edad dorada de su país.
Jueves 10 de julio: Lo que era un comentario al pasar, anoche se volvió realidad. Un impuesto extra del 50% para el cobre importado impondrá EE.UU. a partir del 1 de agosto. El presidente Trump lo anunció por su red social, lo justificó en razones de seguridad estratégica citando los usos múltiples del metal, pronosticó una industria cuprífera poderosa y dominante a nivel mundial y la nueva edad dorada de su país.
Jueves 10 de julio: Lo que era un comentario al pasar, anoche se volvió realidad. Un impuesto extra del 50% para el cobre importado impondrá EE.UU. a partir del 1 de agosto. El presidente Trump lo anunció por su red social, lo justificó en razones de seguridad estratégica citando los usos múltiples del metal, pronosticó una industria cuprífera poderosa y dominante a nivel mundial y la nueva edad dorada de su país.
Joaquín Villarino, el presidente del consejo minero, el gremio de las grandes mineras de Chile, dijo ayer que hay una activa demanda mundial por el mineral, que solo el 10% del cobre chileno va a EE.UU. y que si no se vende ahí, habrá otro mercado, pero de todos modos, el asunto genera incertidumbre. El cobre se cotiza a 5,59 y sube casi un 2 % esta mañana.
Y la otra arista es la de las empresas norteamericanas presentes en Chile, que podrían sufrir duros perjuicios por el impuesto. En fin. Lo nuestro es un problema, pero marginal al lado de la magnitud del otro anuncio de Trump, el arancel de 50% para los productos brasileños que entren a Estados Unidos, a partir del 1 de agosto también, y citando un trato injusto hacia Jair Bolsonaro y de censura hacia las compañías de redes sociales de Estados Unidos. Lula respondió anunciando acciones recíprocas.
En Chile, el director de Gendarmería, Sebastián Urra, renunció, cuestionado por haber participado en un nombramiento y traslado de su hermano dentro de la institución, cuando debió haberse inhibido de participar.