En una nueva edición del Rat Pack de Mesa Central, Iván Valenzuela conversó con las editoras Paula Comandari y Carmen Gloria López sobre las tensiones entre el Gobierno y el sector salmonero y lo que impide mejorar las condiciones en Mejor Niñez.
En una nueva edición del Rat Pack de Mesa Central, Iván Valenzuela conversó con las editoras Paula Comandari y Carmen Gloria López sobre las tensiones entre el Gobierno y el sector salmonero y lo que impide mejorar las condiciones en Mejor Niñez.
En una nueva edición del Rat Pack de Mesa Central, Iván Valenzuela conversó con las editoras Paula Comandari y Carmen Gloria López sobre las tensiones entre el Gobierno y el sector salmonero y lo que impide mejorar las condiciones en Mejor Niñez.
Para iniciar la conversación, Comandari comentó que "la industria salmonera ha sido bastante cuestionada por sus prácticas ambientales en el pasado que hoy se enfrenta a tensiones con la administración Boric. La industria considera que hay poca disposición del Gobierno al diálogo y poco interés por involucrarse en la industria, que es la segunda más grande de Chile a nivel de exportación, después del cobre, emplea a 71 mil personas (...) Puede que la industria salmonera no tenga una tan buena evaluación en otras zonas, pero en el sur, donde está la salmonera, la gente la valora en grados súper altos".
En tanto, la periodista señaló que "en el Gobierno insisten que cada vez que abren esa conversación en específico, clave para su sostenibilidad política y ambiental, arman un gran escándalo y bloquean la discusión. Los salmoneros retrucan esa versión y dicen que hay 300 solicitudes de relocalización en trámite en los últimos 12 años y que solo se ha aprobado una. Ellos indican que las autoridades pueden decir un montón de cosas, pero nadie escucha las necesidades de los salmoneros, se requiere apurar las aprobaciones, tener las normas claras y menos trabas".
Por otro lado, López comentó que "el servicio de protección ha ido migrando de residencias masivas a familias de acogida. En 2012, cuando empezamos a contar más o menos bien a los menores, teníamos 16 mil niños en residencias y 5 mil en familias de acogida, se hizo un gran esfuerzo por desinstitucionalizar el sistema y convencer a los jueces de familia de privilegiar a familias de acogida. El año pasado tenemos 4.700 niños en residencias y 12 mil en familias de acogida, hay menos niños institucionalizados, que es una gran noticia. Lo ideal es que las residencias no existieran”.
En la misma línea, la periodista agregó que "tenemos un problema cultural profundo respecto a la relevancia de los niños en nuestra sociedad. El entorno proteccional de la infancia no está coordinado ni culturalmente alineado; se necesita que salud, educación, los municipios, las policías, no solo Desarrollo Social, trabajen juntos en la protección, y si no, esta tarea es imposible. Ahora salud hace control sano de los lactantes que están bajo protección, antes no teníamos ni eso. Pero, lo que es grave es la falta de acceso de estos menos a salud física constante, y sobre todo, de salud mental. Estamos hablando de una población especialmente compleja que ha sido vulnerada con traumas, adicciones, trastornos mentales diagnosticados y no tienen especialistas para ellos”.
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