En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Olga Toro, psicóloga de la Universidad de Chile y Doctora en Salud Pública. Jefa del Programa Salud Mental de dicha casa de estudios, a propósito de los peligros y consecuencias físicas y mentales que trae consigo la violencia estética.
En una nueva edición de Doble Click, Ramón Ulloa conversó con Olga Toro, psicóloga de la Universidad de Chile y Doctora en Salud Pública. Jefa del Programa Salud Mental de dicha casa de estudios, a propósito de los peligros y consecuencias físicas y mentales que trae consigo la violencia estética.
La violencia estética consiste en todas las presiones sociales a la que son sometidas las personas para encajar en un prototipo estético específico o cumplir con el comportamiento adecuado que se espera de ellas. Pese a que este fenómeno no afecta de manera exclusiva a un solo género, de acuerdo a la Unidad de Salud Mental de la Universidad Católica, las mujeres se preocupan mucho más que los hombres por su aspecto físico, tamaño y peso.
Este tipo de violencia está presente en las redes sociales, en la publicidad y en la sociedad en general, generando inseguridades en gran parte de la población. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los efectos de esta problemática suelen aparecer en la adolescencia y juventud. Según datos de un estudio de la Escuela de Medicina UC, se estima que en Chile alrededor del 6% de los niños, niñas y adolescentes padece de trastornos alimentarios, y de estos, 55% son mujeres.
Por este tema, Ramón Ulloa conversó, en una nueva edición de Doble Click, con Olga Toro, psicóloga de la Universidad de Chile y Doctora en Salud Pública. Jefa del Programa Salud Mental de dicha casa de estudios. La columnista señaló que “los historiadores muestran que está presente en toda la historia occidental, en el que se fue reconstruyendo un ideal estético, humano pero por sobre todo de la mujer, caracterizado por ser blanca, joven y delgada, como prototipo que permanece hasta el día de hoy en nuestra sociedad.
Frente a la pregunta de si lucir bien es una opción o una exigencia, Olga Toro dice que pueden ser ambas cosas. “Lo que tendemos a ver es que, sobre todo en nuestros contextos de cultura occidental en que todos los temas de competencia, individualismo y violencia contra la mujer están muy presentes, es una imposición. Cuando hablamos de violencia estética lo definimos así, una imposición en la que las personas se ven obligadas a cumplir estándares estéticos, a tal punto de que puede traspasar la línea de los riesgos de su salud física y mental. Se caracteriza por tener ciertos grados de discriminación en el canon de belleza”.
En la misma línea, la columnista dijo que “se plantea que hay discriminación sexista porque es mucho más preponderante en las mujeres que en los hombres, aunque también se observa que cada vez más es frecuente exigir ciertos canones de belleza a los varones. También se plantea que es discriminación en relación a las personas mayores y se plantea que son canones gerontofóbicos. Por otro lado se plantea una discriminación racista que se ha construido ha partir de la blanquitud de la piel y esta idea de lo caucásico como canon de belleza y por último, existe una discriminación en el tamaño de los cuerpos, para aquellos que tienen un volumen corporal mayor y todo el rechazo a la gordura”.