Ramón Ulloa conversó con el climatólogo Raul Cordero, académico de la Universidad de Santiago y líder del grupo de investigación @AntarcticaCL, respecto a los 30 años desde el aluvión en la quebrada de Macul y los posibles records históricos de temperatura con la llegada de “El niño”.
Ramón Ulloa conversó con el climatólogo Raul Cordero, académico de la Universidad de Santiago y líder del grupo de investigación @AntarcticaCL, respecto a los 30 años desde el aluvión en la quebrada de Macul y los posibles records históricos de temperatura con la llegada de “El niño”.
Fue el 3 de mayo de 1993 cuando fuertes precipitaciones activaron las cuencas en la precordillera de Santiago, provocando que grandes cantidades de barro descendieran a la ciudad en la zona de la quebrada de Macul. Una situación que provocó inundaciones de poblaciones y que dejó más de 30 mil damnificados, 8 desaparecidos y 26 fallecidos, entre otras pérdidas materiales. Un hecho que además fue catalogado por Onemi como una de las peores catástrofes desde la década de 1950.
Han pasado 30 años desde lo ocurrido y hoy el escenario climático también se relaciona con los extremos. Esto, porque Naciones Unidas recientemente presentó su nuevo boletín, donde dieron a conocer que las posibilidades de que se desencadene "El Niño" antes de julio son del 60%, mientras que la probabilidad de que el fenómeno comience entre julio y septiembre se eleva hasta el 80%. Una situación que suele provocar aumentos extremos de la temperatura a nivel global.
Por este tema, Ramón Ulloa conversó, en una nueva edición de Doble Click, con el climatólogo Raul Cordero, académico de la Universidad de Santiago y líder del grupo de investigación @AntarcticaCL. El columnista señaló que “el riesgo de que vuelva a ocurrir nunca es 0, a medida que perdemos precipitaciones como consecuencia del calentamiento global, disminuyen las posibilidades, pero puede volver a pasar.
Refiriéndose a las condiciones climáticas de ese entonces, Raúl dijo que “en esa ocasión, miré los datos y estaba bien cálido el océano pacífico frente a las costas de Perú y Ecuador, lo que se conoce como la zona Niño I y II, o sea había una especie de “micro niño costero”, no era tan intenso ese que sucedió en 1993 como el que está sucediendo en este instante”.
En esa misma línea, el columnista dijo que “hoy tenemos un riesgo más alto de tener precipitaciones intensas y de aluviones, que el año pasado. Probablemente el riesgo es menor que en 1993, pero hoy este riesgo es mayor que el año pasado, por este “niño” costero, que está presente y es bien intenso”. Además, respecto a las posibilidades de aluviones más peligrosas por estos fenómenos, Raúl señaló que “tener una señal estadísticamente significativa en el norte es difícil, pero los modelos climáticos indican que el norte de Chile debería empezar a ganar precipitaciones y como las lluvias ocurren de una sola, significa que el riesgo de aluviones en esa zona del país, debería ir al alza”.