Ramón Ulloa conversó con Victoria Hurtado, directora de Microsystem SA y abogada en temas de tecnología, respecto a los desafíos existen en torno a la tecnología y sus capacidades para resguardar la seguridad y privacidad los usuarios.
Ramón Ulloa conversó con Victoria Hurtado, directora de Microsystem SA y abogada en temas de tecnología, respecto a los desafíos existen en torno a la tecnología y sus capacidades para resguardar la seguridad y privacidad los usuarios.
En el año 2020, unas fotos de una mujer en el baño de su casa tomadas por su aspiradora robot marca Roomba comenzaron a circular por las redes sociales. Esto, debido a que la compañía estaba haciendo que algunas de sus aspiradoras tomaran fotografías mientras recorrían las casas de los clientes para entrenar los sistemas de inteligencia artificial de las máquinas. Uno de los trabajadores de la empresa encontró estas imágenes y las filtró en Facebook.
Este es uno de tantos ejemplos en los que la privacidad de las personas se ve afectada por la tecnología. Hoy en día gracias a los avances y a la inteligencia artificial es posible analizar el comportamiento de los usuarios para personalizar los productos y servicios que las empresas buscan ofrecer, sin embargo, los marcos legales actuales tienen muchas limitaciones en esta materia, es por eso que la creación de nuevas normativas para proteger a los usuarios requiere del compromiso de todas los actores involucrados.
Por este tema, Ramón Ulloa conversó, en una nueva edición de Doble Click, con Victoria Hurtado, directora de Microsystem SA y abogada en temas de tecnología. La columnista señaló que “este tema ha estado ocurriendo en distintas situaciones y países. En Corea del Sur descubrieron que había cámaras escondidas en secadores de pelo y que filmaron a 1.600 usuarios de 42 moteles y todo esto fue un tremendo escándalo que se viralizó, en China hay una tremenda situación con hombres que toman fotos de manera anónima de bajo de las faldas de las mujeres, en Australia está el aumento de un 250% de la pornografía no consensuada”.
En la misma línea, aseguró que “todo esto genera una serie de conflictos porque podríamos culpar al avance de la tecnología como el argumento más básico y no es completamente equivocado hacerlo. Pero hay temas sumamente delicados, los videos de parejas por ejemplo, las personas tienen que saber que la data le pertenece a ambas partes, hay casos donde los hombres comparten esos videos sin el consentimiento de su pareja y no hay mayores repercusiones judiciales. En el fondo, tenemos este problema que, a medida que va aumentando la tecnología, se van relajando los estándares de privacidad. El derecho a la privacidad antes era un tema que no existía, nosotros nacimos privados, el tema de lo público y lo privado empieza a mediados de 1800 cuando empieza a existir la prensa y con la irrupción de la fotografía, recién en 1890 se empezó a hablar de eso en Estados Unidos”.