En el informe realizado por la comisión de The Lancet para terminar con el estigma y discriminación en la salud mental, se concluyó que este tipo de rechazo social debe considerarse como una crisis mundial de Derechos Humanos, dado que, los profesionales, expertos y pacientes con este tipo de trastornos con los que trabajaron, afirman que el estigma y la discriminación empeoran los cuadros clínicos y, en algunas ocasiones, pueden ser incluso más dañinas que el propio problema de salud mental.